Naturalmente, las canciones están ahí y Camela mantiene su núcleo compositor intacto. María Ángeles Muñoz y Rubén Martín (hijo de Dioni) se reparten el repertorio del disco para conservar la esencia, pero los temas suenan diferentes, con una energía nueva, parecen más originales en su composición y en su desarrollo gracias, en buena parte, al magnífico trabajo del productor y arreglista Jacobo Calderón, que trabaja por primera vez con Camela.
Calderón ha dado un revolcón a Camela enriqueciendo su sonido, añadiendo un plus de imaginación a los arreglos, actualizando y modernizando los elementos electrónicos, aportando timbres y ambientes nuevos, alejándose de lo lineal y, en algunos casos, arriesgando en ritmos de vértigo. Camela suena más siglo XXI que nunca sin perder ese espíritu de barrio, esa capacidad de traducir sentimientos populares en canciones, ese entronque con la raíz, su estilo propio.
Un buen ejemplo es Olé, primer single del álbum y que refleja lo que es La magia del amor. Con un punto electrónico de sonoridades inéditas en Camela, Olé mantiene el estilo característico del trío y lo pone al día, con un ritmo trepidante y bailable, estupendos arreglos, guitarras españolas que aparecen para aportar timbres diferentes y un punto contemporáneo y novedoso. Suficiente para mantener encandilados a sus seguidores de siempre y abrir la puerta a otros nuevos.
Olé es un buen ejemplo pero no el único. El disco está plagado de ellos. Si digo te quiero aumenta más el ritmo, con un beat vertiginoso, ambiente electro, teclados avioliniados y un estribillo tremendo para poner la disco boca abajo, suponiendo que alguien pueda mantener ese ritmo sin llegar a la taquicardia. Después, Al son de la melancolía calma un poco el ambiente del álbum en un tema de cadencia sensual adornado por estupendas guitarras flamencas, acústicas y eléctricas nuevas en Camela, mezclando sonidos españoles y ambientes a lo Tarantino con aroma a tangos flamencos. Una verdadera revolución en el sonido Camela.
Sigue Te recordaré, que vuelve a recobrar ritmos vibrantes, esta vez mezclando ambientes rock y tecno en un tema que supera los 170 bpm, para hacernos una idea de por donde van los tiros. Tremendo. La magia del amor es la canción que da título al álbum y lo relaja, con arreglos muy bien balanceados, un tempo perfecto, ágil, con su punto ska. No tengo remedio se abre con guitarras españolas y su aire de rumba fronteriza de gran originalidad en el ritmo, con un estribillo absolutamente novedoso para lanzar otra de las grandes canciones del álbum.
Eso del amor vuelve a avivar el fuego a más de 140 bpm recuperando el ambiente electro, con esa característica y consolidada compenetración de Ángeles y Dioni en las voces, y Donde estará esa niña también sorprende con un aire latino-flamenco hablando de Camarón, Chichos, Chunguitos, en otra rumbita ágil que reivindica la cultura Camela. Con lo que me ha costado recupera al Camela más reconocible aunque con una dinámica más potente y energética, con sonoridades disco muy 70, casi de tiempos analógicos. Y para acabar, Dejame contarte cierra el álbum con una introduccion a piano que anuncia la única balada del disco, emotiva y muy bien llevada con una letra de separación y arrepentimiento, en un diálogo entre Ángeles y Dioni.
Son las canciones de La magia del amor, un disco en el que Jacobo Calderón, además de la producción y los arreglos, también se encarga de las programaciones, teclados y órgano Hammond. Junto a él, Lauren Stradmann (batería), Juan Carlos Gibaja (bajo), Juan Guevara (guitarras), “Faluki” Torres (guitarra flamenca)… Estupendos músicos que hacen que las canciones de María Ángeles Muñoz (Al son de la melancolía, Déjame contarte, La magia del amor, No tengo remedio, Olé) y Rubén Martín (Con lo que me ha costado, Donde estará esa niña, Eso del amor, Si digo te quiero, Te recordaré) cobren un nuevo vuelo, den la sorpresa y vistan a Camela de manera diferente.
Tras un cuidado proceso de preparación, la publicación de La magia del amor se produce después de que Camela celebrase a finales de 2009 sus más de 15 años de éxitos ininterrumpidos en la música con un concierto extraordinario en el Teätro Häagen-Dazs Calderón de Madrid, donde recibió un disco homenaje por los más de 600.000 ejemplares vendidos de sus cinco últimos álbumes: Laberinto de amor (Disco de Oro), Te prometo el universo (Disco de Oro), Se ciega por amor (Disco de Platino), Dioni, Ángeles y Miguel (disco de Platino) y Por siempre tú y yo (Doble Platino).
Son los últimos éxitos de Camela, de una carrera que se lanzó en 1994 cuando Ángeles, Dioni y Miguel publicaron su primer disco. Desde entonces han vendido más de siete millones de discos con unas canciones que se han convertido en un emblema de la música popular española de las últimas décadas por su manera de reflejar el pulso de la calle, el latido del barrio. “Todos los artistas interpretan canciones de amor. Nosotros hacemos historias de amor”, suele decir Camela para definir un estilo al que el grupo se ha mantenido fiel desde su nacimiento. Tras su primer disco Lágrimas de amor, el grupo continuó en 1995 con Sueños inalcanzables. Un año más tarde, Mª Ángeles, Dioni y Miguel Ángel ya realizaban 120 conciertos al año por toda España, para continuar los éxitos con álbumes como Corazón indomable (1997), Sólo por ti (1998), No puedo estar sin él (1999), Simplemente amor (2000), Amor.com (2001), Por siempre tú y yo (2003), 10 de corazón (2004)…
En todos sus discos, Camela se ha mantenido apegado a sus principios con la evolución lógica de los tiempos, como reflejan sus álbumes más recientes: Se ciega por amor (2006), 10 de corazón (2004), Te prometo el universo (2007), Laberinto de amor (2008) y el grandes éxitos con tres canciones nuevas Dioni, Ángeles y Miguel (2009). Camela es un grupo que marca un antes y un después en la música española por la conexión con su gente a través de canciones que cuentan pequeñas historias cotidianas, de amores y desamores, desengaños y reconciliaciones, siempre con las voces de Ángeles y Dioni dándose la réplica y con una música que ha creado un estilo único, diferente e irrepetible, y que en La magia del amor suena como nuevo.
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