“Si no tuviera la voz que tengo, me hubiera gustado tener la de esa chica italiana llamada Mina”, decía la gran Sarah Vaughan en 1968. Mina tenía entonces 28 años, había publicado ya nueve álbumes y alcanzado el nº1 en Italia con canciones como Tintarella di luna (1959), In cielo in una stanza (1960), Moliendo café (1962), Città vuota (1963) o Un anno d'amore (1965), que con el título de Un año de amor fue llevada después al éxito por Luz Casal a través la película Tacones lejanos de Pedro Almodóvar. Decir Mina es referirse a la mayor cantante italiana de todos los tiempos, a la gran diva de la música popular, con una influencia, reconocimiento y vigencia que se extiende a todos los rincones del planeta desde que en 1959 alcanzó su primer gran éxito.
Anna Maria Mazzini “Mina” nació en Busto Arsicio, en la Lombardía italiana, el 25 de marzo de 1940. Llamada “La tigresa de Cremona”, la ciudad donde creció, por la periodista Natalia Aspesi, Mina comenzó su carrera en 1958 cuando dejó boquiabiertos a los presentes en La Bussola, un local del puerto de Pietrasanta, al cantar Un'anima tra le mani. Inmediatamente firmó su primer contrato discográfico. El rock and roll invadía Italia y, bajo el seudónimo de Baby Gate, Mina grabó sus primeras canciones en inglés (Be Bop A Lula y When) con su grupo Happy Boys para el mercado internacional, al tiempo que lanzaba su primer single en italiano (Malatia y Non partir) para el público local.
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