2010/10/20

COMENTARIOS DE FILOSOFIA PRACTICA Antonio Gomez

SOMOS LO QUE PENSAMOS ¿Es esto cierto?

¿Podemos ser o sentir lo que queramos con el poder de nuestro pensamiento?
Cada vez son más los que dicen que sí. Cada día se escriben libros sobre la capacidad de nuestro pensamiento para conseguir. Además ahora ya no solo lo dicen filósofos, pensadores, practicantes de terapias y medicinas alternativas, ahora también empiezan a decirlo muchos médicos y hasta cirujanos. Cada día aumenta el número de personas cualificadas que  aportan sus experiencias y conocimientos para decirnos que tenemos dentro de nosotros un poder ilimitado.
Esta noche os voy a proponer una reflexión sobre una de las ideas más conocidas en filosofía práctica y pensamiento positivo:

NO NOS AFECTAN LAS COSAS QUE SUCEDEN SINO LA INTERPRETACION QUE HACEMOS DE ELLAS.

Ejemplos:
1-Estamos viendo en la T.V. nuestro programa favorito y se corta la emisión a causa de una tormenta que ha roto una antena.
NEGATIVO: Es que tenga mala pata. Tenía que estropearse justo cuando veo mi programa. Es que siempre me pasa a mí.
CONSECUENCIA: Alteración, enfado, infelicidad ¿Producida por el fallo?
POSITIVO: Vaya, no podré ver mi programa favorito, así que aprovecharé para leer un poco ya que siempre me falta tiempo para acabar el libro que estoy leyendo.
2-Tenemos invitados en casa, sacamos una botella de vino Gran Reserva que teníamos guardada para la ocasión, se nos resbala y se hace añicos contra el suelo.
NEGATIVO: Mira que soy patán, la mala suerte me persigue. Un año guardando la botella para esta ocasión y mira. Encima todo el suelo lleno de cristales y vino. Dios mío que desgraciada soy.
CONSECUENCIA: Alteración, enfado, infelicidad ¿Producida por el fallo?
POSITIVO: Vaya, cuando me ha ocurrido esto será por algo. Tal vez la providencia quiera ponerme a prueba. En cualquier caso por mucho que me enfade nunca conseguiré que el vino vuelva a la botella, así que si encima de que he perdido la botella me enfado salgo doblemente perjudicado. Prefiero pensar que la botella hubiera podido caerme al pie produciéndome  algún corte importante, así que he tenido mucha suerte de que no haya sucedido.
¿Verdad que todos conocemos a alguien que tiene tendencia a pensar en negativo y a otros que siempre lo hacen viendo el lado bueno?. ¿Y quién es más feliz?.
Pero claro, muchos nos diremos ¿Qué culpa tengo yo de tener este carácter? Me han parido así, sufro por todo, me enfado por todo, y no es porque yo quiera sino porque es mi reacción natural. Yo no tengo la suerte de los que siempre están contentos y viéndolo todo de color de rosa.
Y no nos faltará razón para pensar así. Pero eso no significa que debamos renunciar a sentirnos mejor y a ser más felices. Quienes tienen esa facilidad por su carácter benditos sean de Dios, ellos no necesitan prácticas de pensamiento positivo ni filosofía práctica, quienes las necesitamos somos los que nos preocupamos por todo y dejamos que nuestra paz se altere por cualquier cosa.
3-Veamos un ejemplo más radical, algo que tal vez represente la peor de las desgracias para una persona, como es la muerte de un hijo joven. Es una tragedia de muy difícil asimilación. Son pocas las personas capaces de no sentirse desgraciados con un suceso de tal calibre, pero las hay, claro que las hay. Y yo puedo dar testimonio porque conozco alguna. Que son capaces de verle a la vida un sentido de trascendencia en el que vivir 20 años o noventa carece de importancia. Que son capaces de estar preparados cada minuto de su vida para el trance de la muerte.
No hace mucho se estrenó una película que lleva por título CAMINO el mismo que el famoso libro del fundador del Opus Dei Jose María Escrivá de Balaguer. No la he visto, pero por lo que he oído de ella, relata precisamente el caso real de una familia del Opus Dei que afronta la muerte de su hija con gran serenidad y paz.
Parece que la película está rodada en un tono crítico, pero a mí me parece algo admirable. Si no puedo salvar la vida de mi hija, ¿acaso por estar malhumorado, llorando y quejándome conseguiré que siga viviendo?. ¿Qué será mejor para mí y para ella?
Bueno, volvamos a cosas menos trágicas. En definitiva se trata de ser conscientes de que no es lo que sucede lo que me altera o me hace sentir mal, sino la forma en que yo interpreto lo que sucede.
¿Es bueno o malo que se nos apague la televisión?. En sí mismo ni es bueno ni es malo, será lo que yo piense a continuación lo que lo convertirá en bueno o malo.
¿Es bueno o malo que me deje la novia?. Este suceso también es de los difíciles de aceptar. Pues no es bueno ni malo, simplemente es un suceso que yo convertiré en malo o bueno según lo piense sobre ello. Los sucesos en sí mismos nunca son buenos ni malos.
¿Es bueno o malo que llueva el día quería ir a la playa?. Pues será malo para mí pero para el  agricultor que estaba esperando la lluvia será una bendición. El hecho de llover no es bueno ni malo. Bueno y malo son calificativos que aplicamos a aquellos sucesos que nos agradan o desagradan. Es más el mismo suceso, según tengamos el ánimo unas veces nos afecta mucho y otras apenas si le damos importancia.
Por tanto vamos a quedarnos con este pensamiento: NADA DE LO QUE SUCEDE ES BUENO NI MALO, YO CON MIS PESAMIENTOS SOY QUIEN LE DARÉ EL SENTIDO, luego si tengo la posibilidad de darle el sentido a las cosas, voy a entrenarme cada día para interpretar todo cuanto me suceda de la forma más positiva posible. Si entreno cada día, cada vez me costará menos hacerlo. Al igual que quien entrena cada día a tenis va mejorando su juego, yo puedo mejorar mi felicidad entrenando cada día la interpretación que le doy a los acontecimientos de mi vida.
En el peor de los casos, aun considerando que lo que nos ha ocurrido es algo malo, con nuestros pensamientos lo haremos más malo o menos malo. Haremos que nos afecte más o menos, que nos perjudique más o menos
No puedo evitar que me pongan una multa o pinchar una rueda, perder el empleo o tal vez que me sobrevenga una enfermedad, pero si puedo evitar que  ello me haga desdichado y esto es un poder muy grande que tenemos dentro de nosotros, ¿vamos a desperdiciarlo?.
Que tengáis una buena noche
SALUD Y PAZ PARA TODOS
Antonio Gomez

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