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“Esquina con Marte representa todo aquello que no pudimos hacer durante la pandemia. Una canción alegre que te hace recordar a aquella persona, lugar o situación especial, dónde te sientes feliz y sin preocupaciones. Es sin duda el reflejo de esa conexión inexplicable e inigualable” --- Índigo Salvador.
Una canción con una estructura de pop clásico, enriquecida con matices urbanos, y un mensaje fresco es la apuesta inicial de Índigo para dar sus primeros pasos como profesional en la industria musical.
Con unas influencias muy diversas, fruto de la variedad musical que escuchaba su familia, pasando por Adele y Beyoncé, grandes iconos de la música internacional, hasta las coplas de Antonio Molina que cantaba su abuelo. Índigo nos hace partícipe de esa búsqueda y descubrimiento de sí misma, a través de esta canción que evidencia sus raíces y sus gustos actuales.
Una letra soñadora que nos anima a volver a disfrutar después de lo vivido durante la pandemia, es el resultado de una reinterpretación única y juvenil de uno de los poemas de su madre, que sirven de inspiración a Índigo para sus canciones, y un trabajo codo a codo en la composición y producción con la cantante andaluza, Tatiana Delalvz. Colaboración que recuerda con mucho entusiasmo y alegría:
“Tatiana aparte de ser una gran artista es una gran persona. Lo que más me gustó es que teníamos bastante cosas en común. Me gustó muchísimo aprender de ella: ritmos en el piano, darle sentido absoluto a lo que quería expresar con la letra... En definitiva, encontrar el camino para expresar todo lo que siento”
El lanzamiento viene acompañado de un videoclip en concordancia con el mensaje: disfrutar sin pretensiones, como lo hace Índigo por diferentes rincones emblemáticos de Madrid, el parque del Retiro, las 4 torres… Una ciudad muy importante para Índigo, dónde se acaba de afincar, para continuar con sus estudios y seguir luchando por su sueño: compartir su música por todo el mundo.
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