Atrevida, franca y refrescante, pocas artistas nuevas anuncian su llegada al pop como Bow Anderson. En el tejido de ‘Sweater’ encontrarás la fibras que han inspirado a la artista de 23 años a lo largo de toda su existencia: la pasión y grandilocuencia del Soul sesentero, los modelos femeninos fuertes a seguir, como Beyonce, y el ritmo y la actitud del hip-hop moderno. En su letra transparente, pero poderosa, ‘Sweater’ lleva el sello que se ha ganado a pulso y es tan característico de Bow– ajustar lo contrario de cada circunstancia (ya sea romántico, físico o emocional) a una ventaja…
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“Sweater’ es una canción de ruptura, por encima de todo”, dice Bow Anderson. “Mi primera relación no fue nada bien, pero evidentemente no tienes nada con lo que compararla – así que solo puedes valorarla con el tiempo. ‘Sweater’ trata de no ser capaz de superar que esa persona parezca estar bien sin ti. Ya no tengo su sudadera, pero me gusta la imagen de una sudadera como un modo de apego a alguien que ya no puedes considerar tuyo”.<<<VÍDEO<<TEMAZO<<<
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Bow Anderson nació y se crió en el este de Edimburgo, donde su actitud inquieta y proactiva la llevaron primero a centrarse en el deporte. Entre sus estudios en un colegio que se caía a trozos literalmente - un día de viento acababa con los alumnos siendo enviados a casa - Bow empezó a dar clases de baile a los 3 (todavía odia el ballet), nadó y compitió en atletismo a nivel local, para llegar de adolescente a representar al Reino Unido en salto de trampolín…hasta que sus sueños se vieron hechos pedazos.
Bow se dislocó una pierna durante un extraño accidente en el trampolín que además le causó un severo daño arterial (“Casi muero”, comenta encogiéndose de hombros) y casi le tuvieron que amputar. El cuerpo que era su apuesta de futuro demostró ser débil, llegando incluso a pensarse que Bow no podría volver a caminar o bailar nunca más. Pero como cualquier competidor mundo del pop, Bow Anderson volvió a sus clases de baile a los 6 meses y no lloró ni una sola vez.
Fue durante su periodo de rehabilitación cuando Bow descubrió su pasión por componer (y la forma en la que creía en el destino). Para distraerla del dolor, su padre le cantaba todas las noches para ayudarla a dormir – entonces Bow se dio cuenta de que podía tener su propia voz y eso le abrió puertas que la lesión había cerrado. Bow se mudó a Londres, en principio para ir a la universidad, pero, sobre todo, para dar forma a su sonido ideal: conteniendo la ética de trabajo y el drama musical de Motown o Northern Soul, pero para chicas que habían crecido escuchando a Rihanna.
La banda sonora de ‘Dreamgirls’ es algo con lo que te identificas más estando en un pequeño pueblo escocés. Bow encontró la veta con la primera canción que compuso con esa idea en mente, (‘Sweater’), producida por su actual colaborador Jamie Scott (Ed Sheeran, Major Lazer, Michael Kiwanuka) y Jonny Coffer (Beyonce,Ragn’n'Bone Man) y da muestras del ojo clínico de Anderson – desde el soleado video de ‘Sweater’ (donde Bow se llevó a algunos amigos escoceses a Benidorm) al impactante arte y visuales del tema. Junto al colorido plenamente inspirado en Spector, lo que ves es aquello que no puede tocarse, una pin-up con un cardado de los 60 y una valentía de mujer joven sin filtros, con su chándal y sus deportivas, sosteniendo la mirada al frente.
Algo poco común para un primer single de un artista, Bow Anderson trasmite toda la fuerza positiva de una chica que ha regresado a lo grande. “Sé que puedes perderlo todo sin previo aviso, porque ya lo he vivido”, dice. “No tengo un plan B, porque eso te predispone al fracaso”. Lo que Bow posee, sin embargo, es un tema que destaca al igual que sus valores primordiales – soul, hip-hop clásico, trabajo duro, esperanza – algo que nunca ha pasado de moda. Las relaciones penosas y las carreras deportivas pueden esfumarse, pero Bow Anderson conserva su ‘Sweater’ y sigue apostando a ganar.
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