El plan estaba trazado, aunque nadie lo sabía. Y ahora ha concluido. Pregunta a Miss Caffeina, ellos ahora lo saben. Y pronto lo sabrás tú. Cada paso estaba medido, en el fondo sólo podía dirigirse en una dirección, concretamente hacia el orígen del mejor rock y el mejor pop. Es decir, el mundo anglosajón. ¿Quién mejor que Max Dingel para producir su nueva obra? Un Alemán curtido en Londres en cuyo currículum se agolpan nombre como Goldfrapp, Glasvegas y The Killers.
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¿Quién mejor que Miss Caffeina para encajar en ese puzzle? ¿Qué mejor manera que con “De polvo y flores”, su fantástico nuevo álbum? Los madrileños llevan ya seis años modelando un pop certero que concretaron en 2010 con “Imposibilidad del fenómeno” un primer álbum que parecía la línea de meta, pero en realidad sólo era una parte más de ese enigmático plan que ha acabado con el quinteto en manos de Dingel, quien ha entendido su estilo para llevarlo bastante más allá de lo que cualquiera podría haber esperado. El flechazo fue mutuo, la comodidad también. La adolescencia de Miss Caffeina ha acabado, es hora de madurar. Y eso es exactamente lo que ocurre con “De polvo y flores”, con la banda consiguiendo la sofisticación a la que siempre han apuntado sin sonar artificiales, elegantes sin resultar exquisitos, con voluntad de ensuciarse revolcándose entre sentimientos con toda elegancia. Productor de renombre, lanzamiento esperado y una discográfica como Warner lista para respaldarles. Todo en orden. Ahora las canciones han crecido, su significado también, cada detalle es un mensaje que habla claro, sin esconder intenciones, sin perder tiempo también. Y es que hoy día cada segundo es de oro, el mercado se mueve más rápido que nunca, por lo que habría que comenzar a hablar de Miss Caffeina como unos supervivientes. No sólo han logrado amasar un culto se seguidores que se expande desde cualquier punto de la geografía española, sino que permanecen ligados a su compromiso con la música, de ahí que los sin sabores que han conducido a su merecido éxito no hayan hecho mella en ellos, un grupo que está consiguiendo florecer en compañía de su público sin dramas de por medio aunque su música sea dramática, sin dolor aunque en ocasiones sus canciones duelan. El evocador “De polvo y flores” será su disco definitivo, con canciones que sólo entienden de sentimientos. Hay que ser valiente para hablar de ello con la sinceridad del quinteto. El segundo single extraído de este disco es “Venimos”.
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¿Quién mejor que Miss Caffeina para encajar en ese puzzle? ¿Qué mejor manera que con “De polvo y flores”, su fantástico nuevo álbum? Los madrileños llevan ya seis años modelando un pop certero que concretaron en 2010 con “Imposibilidad del fenómeno” un primer álbum que parecía la línea de meta, pero en realidad sólo era una parte más de ese enigmático plan que ha acabado con el quinteto en manos de Dingel, quien ha entendido su estilo para llevarlo bastante más allá de lo que cualquiera podría haber esperado. El flechazo fue mutuo, la comodidad también. La adolescencia de Miss Caffeina ha acabado, es hora de madurar. Y eso es exactamente lo que ocurre con “De polvo y flores”, con la banda consiguiendo la sofisticación a la que siempre han apuntado sin sonar artificiales, elegantes sin resultar exquisitos, con voluntad de ensuciarse revolcándose entre sentimientos con toda elegancia. Productor de renombre, lanzamiento esperado y una discográfica como Warner lista para respaldarles. Todo en orden. Ahora las canciones han crecido, su significado también, cada detalle es un mensaje que habla claro, sin esconder intenciones, sin perder tiempo también. Y es que hoy día cada segundo es de oro, el mercado se mueve más rápido que nunca, por lo que habría que comenzar a hablar de Miss Caffeina como unos supervivientes. No sólo han logrado amasar un culto se seguidores que se expande desde cualquier punto de la geografía española, sino que permanecen ligados a su compromiso con la música, de ahí que los sin sabores que han conducido a su merecido éxito no hayan hecho mella en ellos, un grupo que está consiguiendo florecer en compañía de su público sin dramas de por medio aunque su música sea dramática, sin dolor aunque en ocasiones sus canciones duelan. El evocador “De polvo y flores” será su disco definitivo, con canciones que sólo entienden de sentimientos. Hay que ser valiente para hablar de ello con la sinceridad del quinteto. El segundo single extraído de este disco es “Venimos”.
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