2012/09/30

REBECCA FERGUSON (LA VOZ QUE HA ENAMORADO REINO UNIDO) LANZA “BACKTRACK” EL NUEVO SINGLE DE SU ALBUM "HEAVEN".

Hace justo un año, Rebecca Ferguson impactó con su aparición en el programa de la televisión británica Factor X. Madre soltera de dos hijos, sin dinero y con un futuro poco favorable, se presentó al concurso y cuando comenzó a cantar A Change Is Gonna Come, un tema de Sam Cooke, todo cambió. Enamoró a la audiencia (y a Adele) y sus cualidades como cantante y compositora permitieron a esta joven de Liverpool de 25 años emocionar a la gente y ganarse el interés para que su primer álbum, Heaven (se publica en España el 20 de marzo), fuera posible.Heaven se publicó en Reino Unido en diciembre de 2011 y ya ha vendido más de 423.000 ejemplares, con entradas en puestos altos en las listas de Estados Unidos, Italia, Noruega, Alemania, Dinamarca, Suecia y Japón, mientras su primer single, Nothing's Real But Love (compuesto por Rebecca), ha superado las 108.000 unidades vendidas.Con una altura como autora difícil de encontrar en una persona de su edad, el álbum de debut de Rebecca Ferguson no es un híbrido de estilos diferentes. Detrás está el alma y la emoción de una mujer que no lo ha tenido fácil, orgullosa de su origen obrero en Liverpool y con espíritu de lucha que se refleja en sus letras. Es una artista de los pies a la cabeza y con todo el futuro por delante. “Me ha cambiado como persona”, afirma Rebecca sobre su participación en Factor X. “Soy más fuerte, había comenzado a perder la esperanza y ahora con mi primer álbum espero que mi voz y mis canciones lleguen tan alto como sea posible”.
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Rebecca siempre ha escrito sus canciones y cuando todo el mundo decía “no será capaz de componer” ella se encargó de llevar la contraria y poner a cada uno en su sitio. En su primer álbum ha trabajado con productores como Eg White (Adele, James Morrison, Duffy), Fraser T Smith (N-Dubz, Tinchy Stryder, Cee Lo Green) y Claude Kelly (Britney Spears, Whitney Houston, Jessie J) y el proceso de composición y grabación ha durado 11 meses, elaborando canciones sostenidas por el piano (Teach Me How To Be Loved), por una gran orquesta (Fairytale) o con la voz en la plenitud (Shoulder To Shoulder).

Rebecca Ferguson cita a Ben Howard, Ray Charles, Bombay Bicycle Club, Sam Cooke, Nina Simone, Stevie Wonder, Tupac, Florence and the Machine, Nicki Minaj y Beyoncé como artistas que lleva en su iPod. Y, por supuesto, Adele. “Ella ha sido un gran apoyo y ha dicho cosas preciosas de mí. Confesó que me votó 80 veces cuando estaba en el concurso. Cuando canta, siente cada palabra. La adoro”. Tímida a veces y con una gran sonrisa, Rebecca continúa: “No quise doblarme la voz en el disco. Quise decir cada palabra y no repetirlas. No me importa si dicen que soy una diva”.

Rebecca Ferguson creció en una familia monoparental un tanto caótica, muy alejada del divismo. Con tres hermanos y dos hermanas, la música era su válvula de escape. “No tuve una infancia fácil y la pasé soñando, soñando con cantar. Solía escribir canciones y hay hojas y hojas con mis letras adolescentes en casa de mi madre”. Conociendo su vocación musical, no encajó en la escuela y su estricta madre no facilitó las cosas. Un amigo le regaló dos discos de Cher y Whitney Houston y las horas pasaban volando escuchándolos una y otra vez.

Como no había dinero para clases de canto, a los 14 años comenzó a trabajar en una tienda de ropa para poder pagárselas. Estudió en Arts College, pero a los 17 años quedó embarazada de su primera hija Lillie May y, dos años después, de Karl. “Me dijeron que había arruinado mi vida y pensé que era cierto. Pero pronto cambié de opinión. No hay que olvidar los sueños por tener hijos. Ellos me han empujado porque quiero lo mejor para ellos y para mí. Estoy muy orgullosa del disco, dediqué mucho tiempo a componer y espero que la gente crea en mí. Es lo que me importa”.

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