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Los gases son una parte natural del proceso digestivo; sin embargo, podemos corregir algunos hábitos para tratar de reducirlosA la hora de desintegrar los alimentos, se producen gases en el aparato digestivo que, en general, son absorbidos en el intestino, aunque una parte se expulsa con las heces. Los gases nos afectan a todos, pero algunas comidas, la forma de comer y ciertas enfermedades pueden hacerlos más presentes. Tomar comidas muy abundantes y de forma rápida, sin apenas masticar y tragando más aire del que deberíamos en cada bocado, es una de las causas más frecuentes de que se produzcan los indeseados gases. A la hora de comer son tan importantes los alimentos como la manera de ingerirlos.
Algunos alimentos como las legumbres, las coles, las coliflores, las alcachofas y los guisantes, entre otros, pueden producir flatulencia en algunas personas. También hay que tratar de limitar la ingesta de bebidas carbonadas o con levaduras (cerveza); masticar chicles, chupar caramelos o comer pipas y beber en abundancia durante las comidas, ya que perjudica la buena salivación y la masticación del alimento. Un aumento brusco en la cantidad de fibra que se ingiere a diario puede ser causa de flatulencias. Comer de pie, acostarse o tumbarse inmediatamente después de comer tampoco va bien si se quieren evitar los gases.
En una dieta contra los gases intestinales se ha de contar con la ayuda del yogur, pues contiene bacterias que ayudan a equilibrar la flora intestinal; además, se ha de tratar de evitar las bebidas excitantes como el café y el té, y sustituirlas por infusiones de menta, anís, salvia o hinojo.
A la hora de cocinar, lo más indicado es optar por la cocina al vapor, los hervidos, los salteados, la plancha y el horno; y aunque no se trata de eliminar por completo el resto de las técnicas culinarias, lo cierto es que es mejor ser moderados en su aplicación, sobre todo, cuando se trata de preparar platos muy grasos. Por ejemplo, a la hora de preparar estofados y guisos lo mejor es desengrasar en frío los ingredientes con mayor contenido en lípidos.
No hay porqué renunciar a las legumbres, pero sí hay algunos trucos que permiten reducir su efecto sobre la producción de gases intestinales: hay que aumentar el tiempo que estén a remojo a más de 8 horas; y romper el hervor a mitad de cocción. También se pueden hacer en puré o añadir comino a la cocción.
A la hora de condimentar, hay que tratar de evitar las especias fuertes como la pimienta, el pimentón picante y la pimienta o guindilla. En cambio, tenemos a nuestra disposición todo tipo de hierbas aromáticas, como el romero, la salvia, el perejil o el tomillo. En la elaboración de salsas, vinos y licores flambeados pueden hacer más sabrosos muchos platos.
Reducir la ansiedad y el estrés, también ayuda a combatir los gases intestinales, pues estos estados suelen ser causa de una mayor ingestión de aire.
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