Sus efectos, si no son crónicos, suelen ser positivos, ya que la función del estrés es permitir que todo tu ser esté alerta, despierto, aumentando la capacidad de concentración y atención. El problema aparece cuando el estrés es permanente, lo que conlleva la aparición de una serie de síntomas que evidencian un cuadro de estrés crónico o muy agudo. En estos casos es necesario tomar cartas en el asunto. Diagnosticar adecuadamente un cuadro de estrés que requiera tratamiento e identificar aquellas acciones que pueden ayudar a superarlo es muy importante.
Cada persona tiene claras las cosas que la ayudan a relajarse. Algunos disfrutan de un buen rato en el gimnasio, otros prefieren dedicar un par de horas a bordar en punto de cruz o disfrutar de un buen libro, o prefieren salir a dar un paseo y dejar que la brisa les despeje la cabeza.
Pero, además de estas actividades específicas que podrás elegir de acuerdo a tus gustos personales, hay varias pautas que te pueden ayudar a combatir el estrés desde primeras horas de la mañana:
• Descansa 8 horas diarias. Si duermes durante ocho horas diarias seguidas en un ambiente fresco y confortable sentirás que tu cuerpo y tu mente están recuperados al día siguiente. Levántate sin prisas, con el tiempo suficiente para afrontar las tareas del día. Tu capacidad de concentración aumentará y te sentirás más alegre.
• Evita el hambre. Para ello es preciso que fracciones la ingesta de alimentos en 4 comidas (desayuno, almuerzo, merienda, cena) además de un 1 tentempié a media mañana. Al fraccionar tu alimentación evitarás la sensación de hambre y te podrás concentrar mejor. Tómate tu tiempo para comer y mastícalo todo bien.
• Muévete. Haz ejercicio a diario durante media hora, pero si te cuesta dormir evítalo entre 5 y 6 horas antes de ir a la cama. De esta forma se mejora la calidad del sueño, ya que se reduce el estrés. Además, realizar estiramientos unos cinco minutos antes de dormir resulta beneficioso para liberar la tensión muscular y preparar el cuerpo para el sueño.
• Comparte. No solo estarás cultivando tu relación con tu pareja, tus amigos y tu familia, sino que “verbalizar” tus problemas y experiencias te ayudará a encontrar soluciones espontáneas que te harán sentir muy bien.
• Tiempo para ti. ¿Tienes una afición a la que no te dedicas por falta de tiempo? ¡Recupérala! Es importante que encuentres tiempo para ti y para disfrutar con las cosas que más te gusta hacer.
• Hábitos saludables. Reduce la cantidad de bebidas excitantes como el té, el café y el alcohol, especialmente antes de dormir, e intenta reducir la sal y prescindir del tabaco.
• En el trabajo. Disfruta de las tareas y no las sientas como un agobio. El trabajo tiene que ser algo estimulante cargado de desafíos que contribuyan a tu crecimiento personal. Procura evitar el exceso de trabajo y planifica tus tareas en función del tiempo. Aprende a delegar y a pedir ayuda. No alargues la jornada laboral si no es imprescindible. Haz pausas breves a lo largo del día.
• En las relaciones personales. Trata de asumir las críticas sin tomarlas como algo personal. Aprende a decir no y potencia el perdón, la tolerancia y la comprensión
No hay comentarios:
Publicar un comentario