Los nutrientes que el organismo necesita a diario para cubrir sus necesidades nutricionales son las proteínas, hidratos de carbono, grasas, elementos minerales, vitaminas y agua.
Las cantidades necesarias varían en función de la talla, edad, estado de salud, actividad física y estado fisiológico. Es importante que no nos olvidemos de:
- Una adecuada repartición de las comidas. Si cada día tomas desayuno, almuerzo y cena, en cantidades equilibradas, así como dos tentempiés a media mañana y por la tarde, el organismo funcionará adecuadamente. Sin embargo, saltarse una comida, tomar el desayuno con precipitación o no cenar, puede producir fatiga, problemas de concentración, incremento de peso, etc.
- Cantidad de alimentos. Si comes más de lo que necesitas, tu organismo almacenará el exceso de energía en forma de grasas. En cambio, si no le das la energía suficiente, tendrá que recurrir a sus reservas, produciéndose así una posible deficiencia de uno o más nutrientes. Esto puede tener consecuencias para tu salud. Por tanto, es importante alcanzar un equilibrio, tanto en términos de calidad nutricional como de cantidad de alimentos.
Recuerda que la dieta mediterránea es un modelo válido a seguir, ya que favorece unos hábitos alimentarios sanos y equilibrados. Esta tipología de dieta está basada en un consumo de pescado superior al de carne, en grandes cantidades de frutas y verduras (crudas y/o cocidas), productos lácteos, frutos secos y aceite de oliva. Seguirla te ayudará a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, la obesidad, el colesterol y la osteoporosis.
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