No hay duda de que, cuando nos enamoramos, perdemos parte de nuestra independencia. Nuestra vida estará, a partir de ese momento, fuertemente influenciada por la persona que hemos elegido como pareja y muchas de nuestras decisiones las tomaremos en función de ella. Esto no quiere decir sin embargo, que tengamos que perder totalmente nuestra identidad e independencia.
Ø Amar es entregarse a otra persona, pero no perderse en ella. Por muy apasionada que sea la relación, nunca debemos olvidarnos de nosotros/as mismos, ya que correremos el peligro de perder nuestra propia identidad.
Ø Las personas que corren más riesgo de caer en la dependencia emocional son aquellas que tienen una baja autoestima. Gracias a su pareja, pueden suplir la baja percepción que tiene de ellas mismas.
Ø Este tipo de relación, sin embargo, es muy poco saludable. Cuando una persona depende en exceso de su pareja se vuelve celosa, exigente, obsesiva, etc. hasta el punto de asfixiar la relación y precipitar la ruptura.
Ø Para evitar estas situaciones, hay que reforzar nuestra autoestima y replantear las bases de la relación, recuperando nuestra propia libertad y la de nuestra pareja. Solo así conseguiremos una unión equitativa y feliz.
VICENTE RAMIREZ LUCAS dirección@radiocorazonvalencia.org
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