"Blanchard Avenue Blues" es una clásica canción de ruptura. Salí con una chica que vivía en Blanchard Avenue, en el centro de Seattle. Ella era una estudiante de bellas artes y yo era un desastre. Era perfecta para mí. La amaba de veras, pero debido a circunstancias fuera de nuestro control necesité dejar lo nuestro. Rompí con ella en Blanchard Avenue. Fue una fría noche de otoño y ella lloró y morí por dentro. La suerte tonta te derrota. Decidí escribir una triste canción sobre estar de pie en Blanchard Avenue después de romper con ella.Mark Swanson
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SPOTIFYPep Masiques: Para el vídeo de 'Blachard Avenue Blues' recuperamos imágenes de un gran metraje de cintas de Super 8 que filmó mi padre durante los largos veranos de nuestra infancia, en multitud de fiestas y celebraciones familiares. Recuerdos que nos evocan momentos de felicidad mezclados con nostalgia; recuerdos que nunca desaparecerán.
MADEE O EL EMO MADURO
No hay otro lugar mejor para reunirse con Madee que en Cabrils, donde algunos de sus componentes se tenían
vistos desde los tiempos del cole. Y no hay espacio mejor, en concreto, que Can Rin, el restaurante de Pep
Masiques (bajo) y centro de operaciones del grupo desde años ya.
Antes de Madee, me explica Ramón Rodríguez (voz, guitarra), fueron Madison. Y antes de Madison fueron Danger
Zone, en homenaje al tema de Ramones, no al de “Top Gun”. “Eso molaría más”, admite Ramón. También hubo
por ahí en medio un grupo de versiones, The Submarines, con el que el futuro cantante de Madee trató de ejercitar un amplio espectro vocal.
Los últimos Madee son casi los mismos del principio: además de los nombres citados, están Adam Vives y Capi
a las guitarras y Marc Prats a los teclados. El batería Lluís Cots ha sido sustituido por un discípulo suyo, Antonio
Postius (de Mourn), la mitad de viejo que todos nosotros, pero con el doble de referencias culturales. Adam lo
llama “la versión 2.0 de Lluís”.
Cuando lo conocimos, a principios de siglo (suena lejano y lo es), el grupo basculaba con pericia entre emo y pop
épico, equidistante de Sunny Day Real Estate y U2. Ramón apunta otras referencias: “En su época, yo veía eso
del emo como Fugazi más The Cure. Juntar esas dos cosas. Yo lo veía un poco así”. Ensoñadores en “Songs from
Cydonia” (2002), algo más abruptos y ariscos en “Secret Chamber” (2003), encontraron su mejor equilibrio entre
tensión y melancolía, y sus mejores palabras, en el clásico “Orion’s Belt” (2004), del que el año pasado publicaron una edición digital de 15º aniversario con el añadido de todas las demos, algún cover y una versión primitiva de “Fallen Heroes”.
“Para mí ese disco es la síntesis”, dice Ramón. “Ahí conseguimos sonar más a nosotros. Hasta que no entró [el
ingeniero] Santi García en la ecuación, no empezamos a tocar de forma más personal. A mí supo sacarme de mi
zona de confort y decirme que podía hacerlo mejor”.
Después llegó “L’Antarctica”, un disco muy distinto en diseño a los anteriores, lejos de la ensoñación del arte de
Anna Gallés, pero en realidad no tan rupturista a nivel de sonido. Hay cosas que antes no estaban, como arreglos
de viento o coros femeninos, pero “suena a Madee”, concluye Adam. Y un poco a lo que Ramón ofrecería poco
después como The New Raemon: “Por el lado de la sencillez a nivel melódico”, dice el implicado. “Grabé la
maqueta de ‘La cafetera’ en un descanso durante la grabación de ese disco”.
Si Madee abrieron paréntesis en el 2011 (o, qué diablos, lo dejaron), no fue tanto por las nuevas obligaciones
de Ramón como por el cansancio de Lluís, quien quería concentrarse en la producción y el diseño de sonido. Si
renacieron en el 2014, fue en principio porque Pep quería volver: “Una vez has tocado, eso deja huella… Es difícil
renunciar a eso”. Lluís dijo que sí, grabaron el fantástico single “Age of ruin” y empezaron a hacer otros temas.
Lluís dijo que no. “Me estáis liando”, fueron un poco sus palabras.
Flash-forward a otoño del 2020, cuando Madee se preparan para publicar “Eternity mingled with the sea”, nuevo
álbum (primero en casi década y media) con el material del reciente EP “Under the sun” y algunos temas adicionales. El repertorio sigue la línea de “Age of Ruin”, es decir, es un poco lo que podríamos llamar “emo de mediana edad”, o “emo maduro”. Como Joan Of Arc, American Football o Jeremy Enigk, Madee son fieles a su identidad sin desdeñar la clarividencia y la serenidad que pueden dar los años. (Ramón): “La fuerza es la misma,
pero la canalizas por otro sitio”. (Antonio): “Y te lo tomas con más calma, porque no te estás exigiendo lo que te
exigías en aquellos años”. (Pep): “La intensidad está más contenida, pero sí que está”.
Entre los temas aún por conocer, destacan sorpresas como “Blanchard Avenue Blues”, composición de Pep
Masiques con teclados de new wave ochentera, o “Night of the new moon”, de una interesante tensión contenida. “Para el nuevo álbum hemos colaborado más que nunca entre nosotros, pero a distancia”, me señala ahora
Ramón. “Cada canción es producto de partir de otros lugares. Hemos quedado tan satisfechos con los nuevos
temas que ya estamos trabajando en otros”. Esa distancia del confinamiento se evidencia en “Room 205”, sobre
observar la vida suceder desde una ventana. (Ramón): “La interpretación vocal, un poco arrastrada, tiene mucho
de esa sensación de no poder salir de la habitación”.
Proceso de crecimiento
A nivel lírico, las letras de esos nuevos aluden también a la madurez, como ya lo hacía la fantástica “The way
home”, aquí recuperada. Según las palabras sabias de Mark Swanson, su letrista desde “Age of ruin”, la madurez
es entender que “hay que vivir lo mejor que se pueda y hacer las cosas con cariño y evitar todo lo que te cause
dolor y tristeza”.
En “The metamorphosis”, Swanson escribe sobre sí mismo y su proceso personal de crecimiento, con el que, por
otro lado, casi todos los Madee se pueden identificar. Señala Ramón: “Estamos todos en un punto similar,
porque excepto Antonio Postius, todos tenemos edades similares.
¿Con la madurez llega la comprensión, o simplemente empiezas a entender que la duda será permanente? “Te
das cuenta –dice Ramón– de que no hay grandes cosas, todo es mucho más simple. Lo mejor es intentar disfrutar un pequeño rato todos los días, a veces es tan sencillo como disponer de una hora para leer o hacer algo
que te guste”. Por ejemplo, volver a disfrutar y conectar con las nuevas canciones de Madee, grupo que ha
sabido transformar la madurez en algo complejo e interesante, que no apoltronado ni cansado. Tenerlos de
vuelta es casi una vida extra.
Texto: Juan Manuel Freire
1. Caldera
2. Like Spider Bite in Spring
3. Metamorphosis
4. Night of the New Moon
5. Under the Sun
6. Hunting Party
7. The Way Home
8. Blanchard Avenue Blues
9. Feelings of Inadequacy
10. Blank Canvas
11. Room 205
12. Curtain Call
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