Pasión Vega presentó su disco dedicado a Carlos Cano en el Teatro de la Laboral. El público se emocionó y rindió fervorosos aplausos a las versiones que la cantante ha hecho de las canciones de Carlos Cano. Nunca la ha abandonado esa elegancia, que en la noche gijonesa del viernes se vistió con los giros bailables del 'Danzón del corazón', aires trasatlánticos de 'El último bolero' -tumbada sensualmente en un sofá-, la brisa golosa de 'Alacena de las monjas' -que Pasión canta desde niña-, la dulzura de 'Luna de abril' -de la que aclaró que «está dedicada a la Revolución de los Claveles y por lo tanto no es una canción de amor»-, la inmensidad romántica de 'María, la portuguesa' -con aclamación popular- o ese viaje de ida y vuelta que son las 'Habaneras de Cádiz', tema con el que -ya en los bises y tras haberse arrancado por unos 'Ojos verdes'- se bajó del escenario, recorrió la fila central y arrancó una de las grandes ovaciones de la velada. <<<VÍDEO/LIVE<<FENOMENO FAN <<<
Entre los grandes momentos, ese con su risa entremezclándose con las notas en 'La bien pagá', o ya de blanco -había salido de negro y verde- para cantar 'Las murgas del moro', por ejemplo.
Ya son unas cuantas las visitas que la cantante ha dispensado a los asturianos, la penúltima de las cuales a propósito de su anterior disco, 'Sin compasión', la postrera con Zapata, en un espectáculo titulado 'Todo Tango'. En la velada de ayer como siempre se dio esa extraordinaria sintonía que entrelaza el Norte y el Sur, al público asturiano y a la artista que comenzó su apasionante aventura musical con aquel álbum titulado 'Un toque de distinción'. Anoche, certificó que su relación con el público asturiano sigue siendo tan estrecha como siempre.
Fuente: Comercio Digital (Asturias)
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