"Terral es una palabra con la que estoy muy familiarizado, como todos los que somos de Málaga. Es ese viento muy caliente y que de noche se convierte en una brisa cálida que te envuelve. Es una expresión muy malagueña pero que define también muchas cosas que explican este álbum. Terral es también un título que tiene muchas raíces y se dice en todos los idiomas." (Pablo Alborán) Terral es el tercer álbum de estudio de Pablo Alborán, el cuarto de su carrera, y el disco más esperado de la temporada. Es también un trabajo que, por deseo expreso del cantante, tiene la atmósfera y la frescura de un primer álbum. Parece un punto y aparte en su brillante carrera. "Me han pasado muchas cosas en estos tres últimos años, y muchas de las cosas que pasaron fueron muy bonitas, con muchas emociones. Yo firmé mi primer contrato con 18 años recién cumplidos y desde entonces no he parado. Ha sido toda una experiencia, con momentos buenos, momentos malos, pero que sirvieron para que aprendiéramos todos. Así que cuando acabó la última gira sentí lo mismo que cuando uno se despierta".
Con solo 25 años de edad, Pablo ya tiene un currículo envidiable y es toda una referencia de la música pop actual. En España ha conseguido 26 discos de platino (ocho por el primer disco, otros ocho por el acústico y diez por el álbum Tanto). También ha conseguido siete discos de platino en Portugal y su carrera ha comenzado a ser descubierta del otro lado del Atlántico donde ya reclaman su presencia. Para conseguir tanto en tan poco tiempo tuvo que entregarse en cuerpo y alma a su trabajo. "Y, más que al trabajo, me he dedicado al aprendizaje constante. Siendo tan joven, he vivido con un miedo constante a defraudar. Y ahora quiero seguir haciendo las cosas bien, que no se me suba nada a la cabeza, que no se me vaya la pinza".
Antes de comenzar a grabar Terral, se propuso limpiar un poco su mente. "Llegó un momento en el que pensé que si no vivía, no podría componer. Sin vivencias no tendría nada que contar. Decidí entonces que tenía que volver a vivir. Había dejado de ir al cine, de ir a la compra, de exponerme, porque era muy difícil. Hoy en día es todavía más difícil, pero si sales, te das cuenta de que no pasa nada. Que me vean comprando o yendo al cine hace ver a la gente que soy humano, que soy como todo el mundo. Además, a mí me gusta ir a la compra, y me gusta ir al cine, y pasearme por Málaga y pensé que tenía que hacer todo eso. Yo no aguanto estar encerrado en una casa 24 horas".
Pablo empezó a dedicar más tiempo a su familia y a viajar. "Estuve en Francia, en Asia, en África… Intenté visitar todos los continentes quitándome el chip del trabajo. Quería tener experiencias fuera del ámbito profesional porque así es como se compone. Yo compongo a través de los sentimientos. Y si no tienes vivencias y experiencias nuevas, te estancas. Yo también sabía que para preparar el nuevo disco necesitaba un tiempo de reflexión. 2013 había sido un año de muchos cambios y me vi envuelto en ellos sin pedirlo. Pensé entonces que había llegado el momento de respirar, de tomar impulso, de volver a trabajar con calma, con los estímulos casi primarios de cuando hice el primer disco, cuando no había condicionantes". Pablo salió de viaje evitando tener la necesidad de componer. "Era difícil pero yo quería vivir las experiencias sin tener en la cabeza ese deseo. A veces iba con una guitarra pero otras iba solo con mi teléfono. Lo único que hacía cuando tenía una ocurrencia era grabar unas notas de audio en el móvil".
2014 comenzó para él como un nuevo amanecer. Tenía una mochila llena de nuevas canciones y la situación se convirtió para Pablo en un reto y una nueva oportunidad. Estaba deseando dar a conocer sus composiciones y aceptó el pulso con gusto. El proceso de grabación del nuevo álbum comenzó en febrero de 2014, momento en el que Pablo se reunió por primera vez con los responsables del departamento artístico de Warner, su nueva discográfica. Traía con él las maquetas caseras de sus canciones y había ya material suficiente para hacer un disco, canciones de un gran nivel.
Tocó entonces buscar productor, alguien que diese al álbum una proyección internacional, que "abriese" el sonido de Pablo para conquistar nuevos países, una inquietud de la compañía pero también del artista. Se elaboró una lista de diez productores y tras varias reuniones con Pablo, finalmente se eligió a Eric Rosse (conocido por sus trabajos con Tori Amos, Maroon 5, Chris Isaac, Mary Lambert…). Su perfil encajaba perfectamente. Hubo un primer encuentro entre Eric y Pablo para intercambiar ideas antes de comenzar la grabación en Los Ángeles. El resultado fue una preselección de canciones con las que Eric marchó a Los Ángeles. La conexión entre Pablo y Eric había sido total desde un principio estableciéndose una relación muy fluida entre ellos. Según Pablo, "Eric Rosse, como como productor, era lo que necesitaba, un músico sin egos, sin clichés y dándome la libertad que mis canciones necesitaban".
Eric había alucinado viendo a Pablo en pleno proceso creativo e interpretativo, unas veces con la guitarra, otras al piano. Confiesa ahora que "en aquellos días, sin entender la letra de las canciones, con Pablo delante tocándolas a pelo, acababa muchas veces con la piel de gallina". Ya a principios de abril, Eric se puso en contacto con todas las partes para comunicar sus ideas. El objetivo era buscar un sonido menos barroco, quitar algunos elementos demasiado "locales" en cuanto a instrumentación y arreglos. Se quería desproveer la producción de ciertos elementos, aligerarla, y guardar lo esencial, aunque unos y otros sabían que quitase lo que se quitase, "Pablo iba a seguir siendo Pablo". Por otra parte, Pablo no había tenido nunca responsabilidad alguna en la producción de sus discos. En Terral, quería plasmar cosas que no había podido hacer anteriormente. El momento parecía haber llegado. Con las ideas claras por parte de unos y otros, las claves de Eric y la magia de Pablo, solo quedaba ponerse a trabajar. El objetivo principal seguía siendo hacer música, buena música, y nada más.
La llegada de Pablo a Los Ángeles abrió un capítulo muy enriquecedor para él. "El primer día me dijo que las guitarras y los pianos los iba a grabar yo. Obviamente, mi primera reacción fue decirle que no. Entonces Eric me preguntó ‘¿tú cómo compones?’. Y yo le contesté ‘con piano y con guitarra’. ‘Pues ya está’, me dijo, ‘yo quiero tu guitarra y tu piano’. Entendí que lo que él buscaba era mi esencia y pensé que empezábamos con buen pie. Anteriormente, yo nunca había tocado piano ni guitarra en los discos y tenía cierto temor. Entonces Eric me dijo que aquellos grandes músicos que me rodeaban no eran como yo, no podrían hacerlo como yo ni poner ese sentimiento. Eric me dio la oportunidad de tocar en el disco y se lo agradezco. Eso ayudó a que hiciéramos más equipo aún".
El estudio de grabación estaba en la casa donde Pablo se hospedaba. Allí vivió una auténtica inmersión musical asistiendo a cada una de las etapas por las que pasó la grabación, dando su opinión, sugiriendo el sonido y detalles de la interpretación de los músicos, , haciendo arreglos… Por primera vez en su carrera, Pablo era una parte activa en la grabación de un disco suyo. Los músicos también alucinaban con Pablo, como puede verse en el documental de 40 minutos grabado expresamente durante el proceso.
Las canciones terminaron de grabarse en el tiempo previsto y ya solo faltaba ponerle un título al conjunto. Terral fue una propuesta de Pablo. Es un título muy malagueño que relaciona Pablo con su tierra. Todos coincidieron en que encajaba perfectamente con el espíritu general del disco y con la atmósfera de las canciones. Terral es una auténtica declaración de intenciones de Pablo Alborán, es una forma de reivindicarse como músico, compositor, intérprete, como arreglista, incluso como productor. Sin renunciar a su brillante pasado, Pablo da un importante salto adelante para demostrar que puede dar mucho más de sí, que quiere seguir creciendo. Como intérprete ha evolucionado enormemente en la manera de cantar sus canciones. Su voz ha madurado, está más fresca, tiene mayor expresividad y proyecta mayor complicidad. Como compositor, ha madurado aún más descubriendo nuevas temáticas.
Terral es ya, en el plano artístico, el disco más importante y completo de la carrera de Pablo Alborán y, su publicación, el acontecimiento musical más esperado de la temporada en nuestro país. No cabe duda de que con la expectación existente entre sus cientos de miles de fans y seguidores en todo el mundo, Pablo Alborán va a convertirse en el gran animador de la temporada, el gran protagonista de los próximos meses. Es la merecida recompensa a tanto talento y esfuerzo
Con solo 25 años de edad, Pablo ya tiene un currículo envidiable y es toda una referencia de la música pop actual. En España ha conseguido 26 discos de platino (ocho por el primer disco, otros ocho por el acústico y diez por el álbum Tanto). También ha conseguido siete discos de platino en Portugal y su carrera ha comenzado a ser descubierta del otro lado del Atlántico donde ya reclaman su presencia. Para conseguir tanto en tan poco tiempo tuvo que entregarse en cuerpo y alma a su trabajo. "Y, más que al trabajo, me he dedicado al aprendizaje constante. Siendo tan joven, he vivido con un miedo constante a defraudar. Y ahora quiero seguir haciendo las cosas bien, que no se me suba nada a la cabeza, que no se me vaya la pinza".
Antes de comenzar a grabar Terral, se propuso limpiar un poco su mente. "Llegó un momento en el que pensé que si no vivía, no podría componer. Sin vivencias no tendría nada que contar. Decidí entonces que tenía que volver a vivir. Había dejado de ir al cine, de ir a la compra, de exponerme, porque era muy difícil. Hoy en día es todavía más difícil, pero si sales, te das cuenta de que no pasa nada. Que me vean comprando o yendo al cine hace ver a la gente que soy humano, que soy como todo el mundo. Además, a mí me gusta ir a la compra, y me gusta ir al cine, y pasearme por Málaga y pensé que tenía que hacer todo eso. Yo no aguanto estar encerrado en una casa 24 horas".
Pablo empezó a dedicar más tiempo a su familia y a viajar. "Estuve en Francia, en Asia, en África… Intenté visitar todos los continentes quitándome el chip del trabajo. Quería tener experiencias fuera del ámbito profesional porque así es como se compone. Yo compongo a través de los sentimientos. Y si no tienes vivencias y experiencias nuevas, te estancas. Yo también sabía que para preparar el nuevo disco necesitaba un tiempo de reflexión. 2013 había sido un año de muchos cambios y me vi envuelto en ellos sin pedirlo. Pensé entonces que había llegado el momento de respirar, de tomar impulso, de volver a trabajar con calma, con los estímulos casi primarios de cuando hice el primer disco, cuando no había condicionantes". Pablo salió de viaje evitando tener la necesidad de componer. "Era difícil pero yo quería vivir las experiencias sin tener en la cabeza ese deseo. A veces iba con una guitarra pero otras iba solo con mi teléfono. Lo único que hacía cuando tenía una ocurrencia era grabar unas notas de audio en el móvil".
2014 comenzó para él como un nuevo amanecer. Tenía una mochila llena de nuevas canciones y la situación se convirtió para Pablo en un reto y una nueva oportunidad. Estaba deseando dar a conocer sus composiciones y aceptó el pulso con gusto. El proceso de grabación del nuevo álbum comenzó en febrero de 2014, momento en el que Pablo se reunió por primera vez con los responsables del departamento artístico de Warner, su nueva discográfica. Traía con él las maquetas caseras de sus canciones y había ya material suficiente para hacer un disco, canciones de un gran nivel.
Tocó entonces buscar productor, alguien que diese al álbum una proyección internacional, que "abriese" el sonido de Pablo para conquistar nuevos países, una inquietud de la compañía pero también del artista. Se elaboró una lista de diez productores y tras varias reuniones con Pablo, finalmente se eligió a Eric Rosse (conocido por sus trabajos con Tori Amos, Maroon 5, Chris Isaac, Mary Lambert…). Su perfil encajaba perfectamente. Hubo un primer encuentro entre Eric y Pablo para intercambiar ideas antes de comenzar la grabación en Los Ángeles. El resultado fue una preselección de canciones con las que Eric marchó a Los Ángeles. La conexión entre Pablo y Eric había sido total desde un principio estableciéndose una relación muy fluida entre ellos. Según Pablo, "Eric Rosse, como como productor, era lo que necesitaba, un músico sin egos, sin clichés y dándome la libertad que mis canciones necesitaban".
Eric había alucinado viendo a Pablo en pleno proceso creativo e interpretativo, unas veces con la guitarra, otras al piano. Confiesa ahora que "en aquellos días, sin entender la letra de las canciones, con Pablo delante tocándolas a pelo, acababa muchas veces con la piel de gallina". Ya a principios de abril, Eric se puso en contacto con todas las partes para comunicar sus ideas. El objetivo era buscar un sonido menos barroco, quitar algunos elementos demasiado "locales" en cuanto a instrumentación y arreglos. Se quería desproveer la producción de ciertos elementos, aligerarla, y guardar lo esencial, aunque unos y otros sabían que quitase lo que se quitase, "Pablo iba a seguir siendo Pablo". Por otra parte, Pablo no había tenido nunca responsabilidad alguna en la producción de sus discos. En Terral, quería plasmar cosas que no había podido hacer anteriormente. El momento parecía haber llegado. Con las ideas claras por parte de unos y otros, las claves de Eric y la magia de Pablo, solo quedaba ponerse a trabajar. El objetivo principal seguía siendo hacer música, buena música, y nada más.
La llegada de Pablo a Los Ángeles abrió un capítulo muy enriquecedor para él. "El primer día me dijo que las guitarras y los pianos los iba a grabar yo. Obviamente, mi primera reacción fue decirle que no. Entonces Eric me preguntó ‘¿tú cómo compones?’. Y yo le contesté ‘con piano y con guitarra’. ‘Pues ya está’, me dijo, ‘yo quiero tu guitarra y tu piano’. Entendí que lo que él buscaba era mi esencia y pensé que empezábamos con buen pie. Anteriormente, yo nunca había tocado piano ni guitarra en los discos y tenía cierto temor. Entonces Eric me dijo que aquellos grandes músicos que me rodeaban no eran como yo, no podrían hacerlo como yo ni poner ese sentimiento. Eric me dio la oportunidad de tocar en el disco y se lo agradezco. Eso ayudó a que hiciéramos más equipo aún".
El estudio de grabación estaba en la casa donde Pablo se hospedaba. Allí vivió una auténtica inmersión musical asistiendo a cada una de las etapas por las que pasó la grabación, dando su opinión, sugiriendo el sonido y detalles de la interpretación de los músicos, , haciendo arreglos… Por primera vez en su carrera, Pablo era una parte activa en la grabación de un disco suyo. Los músicos también alucinaban con Pablo, como puede verse en el documental de 40 minutos grabado expresamente durante el proceso.
Las canciones terminaron de grabarse en el tiempo previsto y ya solo faltaba ponerle un título al conjunto. Terral fue una propuesta de Pablo. Es un título muy malagueño que relaciona Pablo con su tierra. Todos coincidieron en que encajaba perfectamente con el espíritu general del disco y con la atmósfera de las canciones. Terral es una auténtica declaración de intenciones de Pablo Alborán, es una forma de reivindicarse como músico, compositor, intérprete, como arreglista, incluso como productor. Sin renunciar a su brillante pasado, Pablo da un importante salto adelante para demostrar que puede dar mucho más de sí, que quiere seguir creciendo. Como intérprete ha evolucionado enormemente en la manera de cantar sus canciones. Su voz ha madurado, está más fresca, tiene mayor expresividad y proyecta mayor complicidad. Como compositor, ha madurado aún más descubriendo nuevas temáticas.
Terral es ya, en el plano artístico, el disco más importante y completo de la carrera de Pablo Alborán y, su publicación, el acontecimiento musical más esperado de la temporada en nuestro país. No cabe duda de que con la expectación existente entre sus cientos de miles de fans y seguidores en todo el mundo, Pablo Alborán va a convertirse en el gran animador de la temporada, el gran protagonista de los próximos meses. Es la merecida recompensa a tanto talento y esfuerzo
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