¿Quién o qué merece ser reconocido como lo mejor del pop en 2013? ¿Fue Beyoncé? ¿Fue Lady Gaga? En realidad, la personalidad pop que reinó en 2013 no fue otra que Sia Furler.” (Pop Justice) Más específicamente, se podría decir que hay un Sonido Sia. No sólo en el medio tiempo de las canciones, generalmente altanero, invariablemente basado en ideas de liberación, euforia y actitud desafiante en el contexto del amor, también en su voz, que hasta las súper estrellas más importantes del planeta no pueden evitar imitar cuando graban canciones de Sia. Pero esta vez, Sia se ha reservado para sí lo mejor de su música. <<<VÍDEO<<BUENISIMA<< ME HA CAUTIVADO<<
Compositora habitual de las más grandes artistas pop del planeta, como Rihanna, Katy Perry, Britney Spears, Beyoncé, Kylie Minogue o Celine Dion, y colaboradora de algunos de los creadores de tendencias más de moda, como Angel Haze, Brooke Candy, el productor Diplo o The Weeknd, la enigmática australiana presenta Chandelier, adelanto de su quinto álbum en solitario, que se publicará este verano.
El nuevo disco ha sido grabado con su colaborador habitual, Greg Kurstin (P!nk, Kelly Clarkson, Tegan & Sara). Su primer avance es Chandelier, ya disponible en plataformas digitales, y lleva la firma Sia: implacablemente honesta, de sonido épico y con la clase de voz a pleno pulmón que solo ella puede ofrecer.
Ser una de las compositoras de música pop más solicitadas también conlleva desafíos.
La reaparición de
Sia subraya la enorme distancia entre lo que la artista ha venido proclamando en estos últimos años y lo que realmente ha hecho. Entre afirmaciones como “Estoy retirada”, “Yo no me preocupo por el éxito comercial” o “Yo y la fama nunca nos vamos a casar”, ha escrito algunos de los mayores éxitos de los más grandes artistas, participado en colaboraciones de lujo y contribuido como vocalista en hits escritos por ella para otros músicos, como Titanium, de David Guetta; Beautiful pain, de Eminem, y Wild ones, de Flo Rida. En resumen, que a
pesar de sus declaraciones, Sia puede presumir de ser la artista más activa que se haya “retirado” del negocio de la música.
Sia ha logrado tanto éxito comercial que se ha convertido en una estrella del pop sin pretenderlo. La australiana apenas ha concedido una entrevista en 2013. Fue con la revista Billboard, pero insistió en posar para la portada con una bolsa de papel sobre la cabeza. Así es ella: iconoclasta, sin concesiones y algo estrafalaria.
Sia es sin duda la compositora más exitosa y prolífica de los últimos años, por más que insista en mantenerse fuera del foco. Sus canciones suman ventas por más de 13 millones de ejemplares. En sus álbumes se ha ido puliendo su melodicismo pop: Healing is difficult (2001), Colour the small one (2004, que incluía el dolorosamente vulnerable Breathe me, memorable tras aparecer en la escena final de la serie A dos metros bajo tierra), Some people have real problems (2008) y We are born (2010).
La reaparición de
Sia subraya la enorme distancia entre lo que la artista ha venido proclamando en estos últimos años y lo que realmente ha hecho. Entre afirmaciones como “Estoy retirada”, “Yo no me preocupo por el éxito comercial” o “Yo y la fama nunca nos vamos a casar”, ha escrito algunos de los mayores éxitos de los más grandes artistas, participado en colaboraciones de lujo y contribuido como vocalista en hits escritos por ella para otros músicos, como Titanium, de David Guetta; Beautiful pain, de Eminem, y Wild ones, de Flo Rida. En resumen, que a
pesar de sus declaraciones, Sia puede presumir de ser la artista más activa que se haya “retirado” del negocio de la música.
Sia ha logrado tanto éxito comercial que se ha convertido en una estrella del pop sin pretenderlo. La australiana apenas ha concedido una entrevista en 2013. Fue con la revista Billboard, pero insistió en posar para la portada con una bolsa de papel sobre la cabeza. Así es ella: iconoclasta, sin concesiones y algo estrafalaria.
Sia es sin duda la compositora más exitosa y prolífica de los últimos años, por más que insista en mantenerse fuera del foco. Sus canciones suman ventas por más de 13 millones de ejemplares. En sus álbumes se ha ido puliendo su melodicismo pop: Healing is difficult (2001), Colour the small one (2004, que incluía el dolorosamente vulnerable Breathe me, memorable tras aparecer en la escena final de la serie A dos metros bajo tierra), Some people have real problems (2008) y We are born (2010).
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