Rafa Garcel vino al mundo en la tierra donde el sol, el mar y la montaña se dan la mano para crear un paisaje único; Málaga vio nacer en octubre de 1978 a quien, ya desde su infancia, se vería claramente influenciado por la música que en aquellos años servía de sintonía a la gente del mar y del campo. Rafa guarda en sus retinas la estampa de su abuelo con el eco musical de Antonio Molina. Esa estampa, esa “fotografía” inmortalizada y grabada a fuego en su memoria, se convertiría años más tarde, en el detonante de todo. <<<<VIDEO<<<<<<<
La historia, su propia historia, al servicio de una voz que cautivó y enamoró a España y que, veinte años más tarde, “Parece Mentira”, vuelve a manifestarse en el arte de otro malagueño que está dispuesto a escribir la otra mitad del cuento. Una historia, unos recuerdos, que ahora pertenecen a Rafa Garcel y al público; un público que, entregadísimo siempre, ha sido testigo directo de una vida que apasiona, que emociona, que hace vibrar y que por supuesto, conmueve.
Con el “Homenaje a Antonio Molina” el joven artista malagueño junto al hijo del inolvidable Antonio, Miki Molina, han rendido tributo al hombre que cantó a “El Cristo de los faroles”, al que le dijo “Adiós a España” y al que tampoco se olvidó de lanzar su voz de aliento, al son de “Soy Minero”, a quienes día tras día se juegan la vida. Un espectáculo que se ha paseado por los principales teatros de la geografía española y que ha venido a ser un espaldarazo importante a la trayectoria profesional que, allá por el año 2000, inició Rafa Garcel compaginándola con su profesión de carnicero. Fueron años duros y
difíciles: por la mañana había que andar fino para afilar cuchillos, despiezar la carne. Por la noche tenía que afinar para entregarse a un público ansioso por verle y oírle. En tiempos nada fáciles para la música consiguió sumar un buen número de actuaciones que le permitieron financiar, en el año 2006, la grabación de su primer trabajo discográfico, “Con aires de Mar”. Un disco con el que hacía un guiño a su idolatrado “Antonio Molina” y que supondría la puesta de largo de una prometedora carrera que viene a desembocar en el nuevo disco que Rafa Garcel presenta ahora en el panorama musical.
En el curriculum, pero sobre todo en los recuerdos y en el corazón, la multitud de aventuras emprendidas y vividas. Intervenciones en programas de televisión de Telecinco, Televisión Española, Antena 3, Canal Sur… Todas ellas como premio a quien hace unos años creyó que éste era su camino y luchó por conseguirlo. Esfuerzo, entrega, dedicación plena que encontró siempre en el aplauso del público, su mayor estímulo. Y luego, como preludio al espectáculo que serviría de homenaje al malagueño “Pescador de Coplas”, publica su segundo trabajo “Homenaje a Molina”. Tributo a quien se lo ha dado todo artísticamente como fruto de una admiración escrita con letras de oro en el alma.
El mundo de la música ha descubierto ya a una voz que, mecida entre caricias, lanza al aire su cante como liberación a una manifestación artística. En su nuevo trabajo que lleva por nombre “Parece mentira”, Rafa Garcel nos invita a adentrarnos en trece historias apasionantes. Trece piezas musicales donde el joven cantante, con ritmos adaptados a los nuevos tiempos, canta a la vida cosas de la vida. Un canto al amor; también al desamor. Un brindis al cielo y a su adorado Molina con una versión del “Cocinero, Cocinero” muy contemporánea. La vida y la muerte mediante unas letras convertidas en canción para un navegante loco, José Tomás. Y sonidos de guajira, al compás de una nana para quedar dormido entre sus brazos. Delicadeza, bella pureza para crear música al compás del corazón. Un disco grabado en los estudios “El Patio” de Bollullos del Condado y liderado en la producción musical por Emilio Gallardo. Un trabajo cuidado minuciosamente y que, sin duda, será capaz de llegar al público con el mismo sentimiento y cariño con el que se ha realizado. La voz de Rafa Garcel toma ahora la palabra en forma de canción y en forma también de regalo, pues será un verdadero deleite, para los cincos sentidos, tener su arte como compañero de viaje en tantos y tantos momentos de nuestras vidas.
De momento, tomen nota y no olviden su nombre; Rafa Garcel.
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