Cuando
se escucha por primera vez Baila morena, pueden entrar las dudas. ¿Es el
nuevo éxito de un grupo latino de campanillas? ¿De donde viene: de Nueva York,
de Puerto Rico, de La Habana? Nada de eso. Baila morena es el nuevo
single de Guille, extraído de su álbum de debut La madrugada huele a pan
y llega desde Sanlúcar de Barrameda, desde Cádiz, desde el sur. Con un comienzo
impactante que se acerca a lo más contemporáneo e interesante de la escena
latina, en Baila morena se mezclan después músicas diferentes
magníficamente tratadas y con un logrado pulso rítmico que sitúa la canción al
nivel de lo mejor que se puede escuchar hoy. Guille da la sorpresa. Guille
(Guillermo García Muñoz) nació en 1986 en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y la
música le viene de cuna porque creció en un familia con solera. Tíos suyos son
Manolo Sanlúcar, Isidro Muñoz y José Miguel Évora, palabras mayores y exquisitas
en la música española. Cantante y compositor de todas sus canciones, Guille
publicó el pasado 7 de febrero su primer álbum, La madrugada huele a pan,
que cuando se escucha del tirón sorprende por su sólida madurez, insólita en un
debutante. Baila morena es un buen ejemplo. Las
canciones de Guille nos descubren a un autor que cuida las melodías y las
inyecta lirismo, que no se conforma con desarrollarlas con tres acordes y que
ofrece sofisticación en los ritmos y los arreglos que ha elaborado con sencillez
y buen tino Borja Évora bajo la mirada del elegante Isidro Muñoz, para que todo
quede en familia. Porque La madrugada huele a pan (título que evoca a
Isidro Sanlúcar, panadero, guitarrista y padre y maestro de Manolo Sanlúcar e
Isidro Muñoz) también tiene un aroma artesano y cercano, con la calidez y el
mimo que que da trabajar con los que le han visto crecer.“Desde
pequeño dormía con guitarras a mi lado”, dice Guille. “Cogía una y tonteaba. Un
día, quería hacerle un regalo a mi chica y no tenía un duro, así que compuse una
canción y se la grabé. Mi tío Isidro la escuchó y me animó a hacer más. Grabamos
otras cinco y así empezó todo”.
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Es el comienzo de la historia de Guille, que
llega hasta la grabación de La madrugada huele a pan Aquella
primera canción es Por ti, una de las 12 que suenan en el álbum.
“Compongo con la guitarra, con inspiración”, continúa. “Creo historias en mi
cabeza, algo imaginativo. Mi familia me dice que sea yo, que crea en mí”. A
pesar de su cuna, Guille no es un artista flamenco aunque no reniega de su vena
sureña. “Escucho todo lo que suena en la calle”, dice. “Pop internacional,
español, flamenco…”. Por eso, sus canciones atrapan; porque conocen el suelo que
pisan y la inspiración de Guille vuela por muchos lugares siempre con elegancia.
La
madrugada huele a pan se grabó en El Estudio (Cádiz), con Borja Évora a la
producción, arreglos, piano, programaciones, ingeniería de sonido y mezclas. La
experiencia de Évora ha impulsado las canciones de Guille con una frescura
diferente en el pop español. Canciones con aventura que suenan de aquí, de allá,
de cualquier parte. Algunas alegres y resfrescantes; otras con su punto de
melancolía. Todas con el corazón por delante y que llegan por derecho. Canciones
con un universo propio y con una sensibilidad especial. Es la aparición de un
artista de vocación y alcance. “Me veo siempre dedicado a la música, siempre con
mi guitarra, siempre componiendo” dice Guille, que remata: “Tengo una medicina
cuando estoy mal: mis canciones”.
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