Se dice que para ser una verdadera y gran cantante de fados, el tiempo es esencial. Tiempo para vivir, para alimentar la voz con la experiencia que da la vida, para canalizar todo este conocimiento hacia la máxima expresión. Y esta era la gran pregunta que se hacía la gente cuando escuchaba a Carminho por primera vez: ¿Cómo puede una chica tan joven tener esa voz, esa expresión, esa sabiduría cuando canta fado? ¿Cómo una muchacha de apenas 20 años puede tener ese sentimiento? Cuando Fado, su primer álbum apareció en Portugal en el verano de 2009 (se acaba de publicar en España impulsado por el éxito de Perdóname, la canción de Pablo Alborán a dúo con Carminho), Carminho había cumplido 24 años pero llevaba mucho tiempo pisando escenarios. Su voz se escuchaba en pequeños locales de fado y la gente también se preguntaba cómo era que aún no había grabado ningún disco. La respuesta de Carminho era sencilla: “Todavía no estoy preparada”. Y eso que el fado le viene a Carminho de cuna. Su madre, Teresa Siqueira, es cantante como su hermano Francisco Rebelo de Andrade, y ella creció rodeada de fado en su casa, aprendiendo también de grandes figuras como Beatriz da Conceição o Fernanda Maria, escuchando atenta, enriqueciéndose artísticamente.
Cuando hizo su primera actuación en público aún era una adolescente. Carminho sabía que debía recorrer su camino. Dedicó un año a viajar por el mundo y trabajar como voluntaria en proyectos humanitarios; continuó cantando en clubes de fado; de vez en cuando colaboraba en conciertos o grabaciones de otros artistas; apareció en Fados, la aclamada película de Carlos Saura… Y durante todo este tiempo, todos los que la escuchaban pensaban que era la gran cantante de fados de su generación… sin disco. Hasta que llegó el álbum Fado. Entonces el públicó escuchó y se rindió a Carminho. Fado contiene las canciones Escrevi teu nome no vento (Fado carriche), A bia da mouraria, Meu amor marinheiro, Palavras dadas, Espelho quebrado, Marcha de Alfama, O tejo corre no tejo, A voz, Voltar a ser, Carta a Lisboa (Fado Alexandrino do Rocha), Carta a Leslie Burke, Uma vida noutra vida (Fado pechincha), Nunca é silênio vao (Fado Pedro Rodrigues), Senhora da Nazaré. El disco entró al nº2 en la lista de éxitos en Portugal, vendiendo rápidamente más de 20.000 ejemplares, una cantidad más que respetable para un álbum de fado, y Carminho realizó un gira de 60 conciertos en su país, España, Francia y Brasil Fado fue recibido con entusiasmo por la crítica, con frases como “el debut más impresionante en décadas” (In Time Out Lisboa), “Tiene la capacidad de hacernos creer que el tiempo se ha parado y el fado nace ahora, delante de nosotros. Es una ilusión llamada arte” (In Publico), y reconocimientos como el de la revista británica Songlines, que lo ha consideró como uno de los diez mejores discos del año.
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