Con un beso rozo el cielo. Es el título de la canción elegida como primer single de La madrugada huele a pan, el álbum de debut de Guille. Con un beso rozo el cielo es un medio tiempo envuelto en pop de raíz sureña que anuncia la aparición uno de los jóvenes y más inspirados valores de la actual escena escena española. Y es que a Guille, la inspiración le viene de cuna. “Desde pequeño dormía con guitarras a mi lado”, dice. “Cogía una y tonteaba. Un día, quería hacerle un regalo a mi chica y no tenía un duro, así que compuse una canción y se la grabé”. Es el comienzo de la historia de Guille, que llega hasta la grabación de su primer disco La madrugada huele a pan. Y es que Guille Muñoz (Guille de nombre artístico) nació en 1986 en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en el seno de una de las familias de mayor solera musical que pueden darse. Tíos suyos son Manolo Sanlúcar, Isidro Muñoz y José Miguel Évora, palabras mayores en la música española. Artistas con el oído muy fino para descubrir lo que merece la pena. Como aquella primera canción de Guille dedicada a su chica. “Mi tío Isidro la escuchó y me animó a hacer más canciones. Grabamos otras cinco y así empezó todo”. Aquella primera canción es una de las 11 que suenan en La madrugada huele a pan, todas compuestas por Guille.
Es su primer álbum, grabado en Sanlúcar de Barrameda y rodeado de los suyos: Isidro Muñoz es el director de producción y Borja Évora el productor. “Compongo con la guitarra, con inspiración”, dice con arte. “Creo historias en mi cabeza, algo imaginativo. Mi familia me dice que sea yo, que crea en mí”. Son canciones como No somos santos ni astros, Con un beso rozo el cielo, Baila morena, Por ti, Quiero ser, Es cosa de dos, Te regalo un ratito, Joselito, Voy sin rumbo y sin control, Desnudo en tu hogar, Te quise tanto… Todas están en su primer álbum y sorprenden por esa inspiración y su calidad. A pesar de su cuna, Guille no es un artista flamenco aunque no reniega de su vena sureña. “Escucho todo lo que suena en la calle”, dice. “Pop internacional, español, flamenco…”. Por eso, sus canciones atrapan; porque conocen el suelo que pisan. Y cuando suena Con un beso rozo el cielo (“Cualquiera puede sentirse identificado porque todos hemos querido alguna vez”, dice) la inspiración de Guille vuela por otros lugares siempre con elegancia. Guille es un artista que abre una ventana nueva para que entre la frescura en el pop español. Canciones con aventura que suenan de aquí, de allá, de cualquier parte. Algunas alegres y resfrescantes; otras con su punto de melancolía. Todas con el corazón por delante y que llegan por derecho. Canciones con un universo propio y con una sensibilidad especial. Es la aparición de un artista de vocación y alcance. “Me veo siempre dedicado a la música, siempre con mi guitarra, siempre componiendo” dice Guille, que remata: “Tengo una medicina cuando estoy mal: mis canciones”.
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