Emeli Sandé es una de las artistas nominadas al prestigioso Premio de la Crítica de los Brit Award, que se fallará el jueves 15 de diciembre. Junto a Emeli Sandé, los otros dos artistas nominados a este galardón son Maverick Sabre y Michael Kiwanuka. El Premio de la Crítica lo conceden los críticos especializados al artista de mayor proyección el próximo año. En anteriores ediciones ha sido concedido a Jessie J (2011), Ellie Goulding (2010), Florence and the Machine (2009) y Adele (2008).
Emeli Sandé tiene 23 años y viene del norte rural de Escocia. El piano es su instrumento, su herramienta para escribir canciones desde que tenía diez años, aunque su voz hace incluso más tiempo que destaca. A lo largo de su antebrazo izquierdo exhibe un tatuaje de la artista Frida Kahlo, una heroína decidida, directa e inquebrantable.
Algunos de los nombres más grandes del pop han cantado sus composiciones: Tinie Tempah (Let Go), Professor Green (Kids That Love To Dance), Tinchy Stryder (Let It Rain), Chipmunk (Diamond Rings), Wiley (Never Be Your Woman).
También ha escrito para grandes divas (Susan Boyle) y artistas que apuntan a lo más alto (Cheryl Cole, The Saturdays). Su padre (de Zambia) y su madre (de Inglaterra), la educaron en la música y la animaron a seguir sus ambiciones. En su “tiempo libre” ya ha cursado la mayor parte de los seis años de la carrera de Medicina en la Universidad de Glasgow, especializándose en Neurociencia Clínica. “Me encanta todo lo que tiene que ver con el cerebro”, dice.
Emeli Sandé ha lanzado en España la canción Heaven como primer single de su álbum de debut, un tema que ya ha entrado directo al nº2 en las listas de Reino Unido. Como todas, es una canción rica en melodía, potente soul-pop retro futurista que ha escrito para su primer disco. Su admiración hacia Nina Simone, Joni Mitchell y Lauryn Hill son obvias, evidentes y se muestra con orgullo. A Emeli Sandé le gusta todo lo que tiene que ver con el alma, las cosas del corazón y lo relacionado con las emociones. No lo sabe mucha gente, pero ella está detrás de algunas de las canciones clave de 2010. Ahora está a punto de ser la voz del debut más fresco del 2011. Como alguien que transpira las composiciones tanto como las canta, sabe que es cuestión de ser contemporánea, a la vez que atemporal.
Inteligente, lúcida, con talento, emprendedora, luminosamente atractiva, paralizante en el escenario e inolvidable con sus canciones, Emeli Sandé es el ejemplo de una brillante artista moderna. Sabe lo que quiere, sabe cómo hacerlo. Ser honesta es la única forma de elaborar canciones que trasciendan. “Llegar a la compañía de discos con cinco canciones (“este es mi sonido”) resulta muy útil”, reflexiona. “Hay tantas opciones en cuanto a la dirección en la que se debe ir y se escuchan tantas historias terroríficas de gente que escribe hasta 400 canciones y su disco acaba archivado cogiendo polvo en las estanterías…”. “No”, dice con firmeza sonriendo, “hay que saber lo que quieres hacer. Y yo lo sé”.
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