A pesar de que hace algunos años, las piscinas sólo eran utilizadas para practicar deportes como la natación o la natación sincronizada, hoy en día también acogen la práctica de numerosos ejercicios dentro del agua, impartidos principalmente en gimnasios y spas.
Y es que la hidrogimnasia, como es conocida, reporta enormes beneficios para el organismo y puede ser practicada por cualquier persona, independientemente de su edad, sexo o condición física. De hecho, es especialmente recomendable para personas que sufren dolores articulares, individuos con sobrepeso u obesidad, mujeres embarazadas y ancianos, ya que posee una bajísima tasa de lesiones y traumatismos en comparación con otras disciplinas que se realizan en tierra. Las rutinas suelen ser muy parecidas a las de la gimnasia tradicional, con la diferencia de que dentro del agua el peso corporal disminuye hasta en un 90%. Esto supone una reducción del impacto de los saltos y movimientos sobre las articulaciones y los huesos.
Entre los efectos que la hidrogimnasia produce en nuestro organismo destacan la mejora en la flexibilidad corporal y en la tonicidad muscular, el incremento de la capacidad aeróbica, la mayor resistencia músculo-esquelética y la reducción del tejido adiposo. Por otra parte, la presión que ejerce el agua sobre la piel actúa como un enérgico masaje que favorece la circulación sanguínea, lo que contribuye a evitar algunos problemas como várices, celulitis y flacidez.
Los elementos utilizados en las clases son las pesas, las bandas elásticas, las tablas y los balones, entre otros, que permiten ejercitar distintos músculos de los brazos y el pecho. Además, las paredes de las piscinas también sirven para trabajar el abdomen y las piernas.
Cabe destacar que, aparte de los beneficios generados en el aspecto físico, las actividades acuáticas favorecen la sensación de bienestar general, pues producen un efecto relajante. En todo caso, una vez se conocen las principales rutinas y los movimientos, no es necesario esperar a estar dentro de una piscina para practicarlos: el lago o el mar pueden resultar excelentes alternativas.
Además de los efectos físicos psíquicos de la hidrogimnasia, ésta resulta especialmente útil para quienes padecen algunas de las siguientes patologías:
• Afecciones de columna, como escoliosis e hiperlordosis
• Hernias discales
• Lesiones de ligamentos (como esguinces y luxaciones)
• Lesiones tendinosas (como tendinitis)
• Lesiones musculares (como calambres, contusiones y contracturas)
• Dolores musculares y articulares de la fibromialgia
• Artritis reumatoide
• Discapacidad física de cualquier tipo
Recuerda que para sentirte y verte bien, además de realizar actividad física frecuentemente debes seguir una alimentación equilibrada y baja en grasas.
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