Para que una pareja funcione, es necesario establecer una buena comunicación. Expresar los sentimientos, tanto positivos como negativos, nos permitirá solucionar mejor los problemas y fortalecer las bases de la relación.
§ La palabra no tiene que ser un arma para herir o recriminar a la pareja. Incluso en los momentos más conflictivos, el diálogo tiene que ser una forma de llegar a un acuerdo, eliminar asperezas y favorecer la confianza.
§ Si la comunicación no es buena, es conveniente saber por qué falla. Para ello, en lugar de culpabilizar a la pareja, es conveniente, en primer lugar, ser sinceros con nosotros mismos y ponernos en lugar del otro. De esta manera, descubriremos aspectos de nuestra personalidad que desconocíamos.
§ Hay que tener mucho cuidado con las expresiones que utilizamos. No es lo mismo decir, <<me gustaría que fueras más cariñoso/a conmigo>>, que << no eres nada cariñoso/a conmigo. En la segunda expresión, emitimos un juicio de valor negativo que puede entorpecer la buena comunicación.
§ En el caso de que no pueda restablecerse la comunicación de ninguna de las maneras, es posible que necesitemos la ayuda de un terapeuta.
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