“No puedo huir de donde provengo, nadie puede”, declara Katy Perry. Cuando llegó la hora de hacer su tonificante segundo álbum “Teenage Dream” (Sueño de Adolescente, Katy se encontró retrocediendo cada vez más hacia su hogar en Santa Barbara, California. De vuelta al lugar donde la conocían antes de convertirse en una súper-estrella. Antes de besar a una chica (Kissed a Girl) y gustarle. Y, desde luego, antes de haber vendido 5 millones de copias de su gran éxito en Capitol Records, “One of the Boys”.
“Me encanta el ambiente que emite Santa Barbara y quería aprovechar realmente la pureza de mi infancia y ese sentimiento”, declara la cantante dos veces nominada a los premios Grammy. “Fue muy divertido hacer una escapada y entrar en el estudio tal cual sin maquillaje puesto”.
“Teenage Dream”, te moverá, tanto emocional como físicamente. “Cuando estaba de gira, quería que la gente bailase más”, cuenta Katy. “Así que escribí un álbum que hiciera moverse a la gente, sin embargo sin sacrificar la sustancia de la historia que tuve en el último disco”.
El álbum, cuyos productores incluyen a Max Martin, Tricky Stewart, Stargate, Dr. Luke y Greg Wells, es una gloriosa evolución de “One of The Boys”, muestra a una artista que nos reta a unirnos a ella mientras experimenta cada faceta de la vida.
“Le ofrezco a todos la gama completa en este disco”, explica Katy. “Obtienes el dulce azucarado, pero también recibes el `Oh, Dios mío, tuvo que sentarse por un minuto y liberar algunas preocupaciones que oprimían su pecho”.
El divertido primer single, “California Gurls,” declarado por Entertainment Weekly como “inolvidable”, es el innegable himno del verano del 2010. Con la participación de Snoop Dogg, “Gurls” es un chisporroteante saludo a los días bajo el sol pasados en pantalones cortos y un top de bikini. Otros de los puntos álgidos del álbum incluyen la desgarradora melancolía de “The One that Got Away”; el travieso y juguetón pavoneo de “Peacock”; el vigorizante “Firework”; la pulsación punzante de “Circle the Drain”; y la búsqueda espiritual de “Who Am I Living For”.
Y luego, por supuesto, está el tema apasionado y descomunal que da título al disco. “Titulé el álbum `Teenage Dream' (Sueño de adolescente) porque siento como que siempre he querido ser esa chica pin-up del póster”, cuenta Katy. “Definitivamente quiero estar en los sueños de todo el mundo en todo momento hasta que llegue a la edad de Liz Taylor en que ya no esté más en vuestros sueños, y sea ¡simplemente una diva!”
Son las declaraciones irreverentes como esta lo que han marcado a Katy como una auténtica americana original. Ella es esa típica chica de al lado de gran talento, con picardía y cautivador encanto. Después de que Katy encabezase esta primavera la lista Hot 100 de la revista Maxim, el editor en jefe de la revista Maxim, Joe Levy, meditó sobre su atractivo: "Es esa sensación que tienes cuando de repente de das cuenta de que la chica más lista, más divertida y más guay que conoces resulta que además es la más guapa y una skater (patinadora de monopatín) bastante buena también. De repente, la chica que te gusta se convierte en supernova, y este es el momento supernova de Katy."
Ella es la cara que con más probabilidad adorna las paredes de la habitación de las jovencitas, que adoran a Katy no solo por su espíritu musical, sino por su juguetón aunque sofisticado sentido de la moda (¿Quién más podría llevar a la Gala del Instituto del Museo Metropolitano del Traje un parpadeante vestido que se ilumina?) “Yo nunca quiero realmente resultar como vulgar o estrafalaria”, declara. `Pero quiero que la gente sepa que sin duda me estoy divirtiendo”.
De eso, no hay duda. Pocas veces una artista se ha catapultado a la escena mundial y conseguido captar no solo los oídos de la gente, sino también sus corazones. Desde la publicación en 2008 de “One of the Boys”, Katy se ha subido en un cohete con propulsión a chorro ascendiendo hasta la cima, cautivando a los fans con sus a menudo caprichosas e irresistibles canciones pop. Katy encabezó las listas de éxitos en más de 25 países con el fenómeno cultural “I Kissed a Girl”, “Hot N Cold”, “Thinking Of You” y “Waking Up in Vegas”, y ha vendido más de 22 millones de temas digitales y productos para telefonía móvil en todo el mundo.
Katy elimina cualquier barrera posible entre estrella pop y público, escribiendo todo su propio material. “Consigues una conexión pura con el artista”, explica Katy. “No recibes una idea cualquiera de lo que ese artista debería ser, recibes una voz directa”.
En ninguna parte se puede encontrar la voz y la visión de Katy más clara que en un concierto. Es una guerrera de la carretera sin tregua, aunque un guerrero que se completa con fresas de plástico gigantes que estallan para tirar al público. De recién llegada, irrumpió por asalto sobre el escenario de la gira Warped Tour para 47 conciertos en 2008, ganándose inmediatamente a los fans del rock más duro con su incesantemente energético show en directo. Desde entonces, ha ido construyendo poco a poco una gran base de fans por todo el planeta, recalando en más de dos docenas de países y llenando salas cada vez más grandes cada vez que regresaba a una ciudad. La gira con el disco “One of the Boys” y como cabeza de cartel en el 2009 tuvo un fenomenal éxito, agotando entradas por todo el mundo.
Es también una atracción popular en televisión, apareciendo en innumerables programas, presentando y actuando en las ceremonias de los Grammy, viviendo su propio sueño de toda una vida de descender desde el techo en un gigantesco plátano de 300 kg, haciendo de juez invitado en “American Idol” (Operación Triunfo), concursante famosa en “¿Quién Quiere Ser Millonario?” para recaudar fondos para el Hospital Infantil St. Jude de Investigación y siendo la anfitriona en dos ocasiones de los premios MTV Europeos de la Música. Y por lo general, día sí día no, añadiendo trofeos a su vitrina en cada parada, ganando el premio al Mejor Artista Novel en los Premios Europeos de la Música, al Mejor Vídeo Pop en los Premios de MTV Japón y como Mejor Artista Solista Femenina en los Brit Awards.
Por mucho que su vida parezca que se desgasta en la prensa —ha aparecido en la porta de más de 15 revistas— ella nos recuerda cómo es la verdadera Katy en cada nota y en cada palabra de su música. “Si alguna vez quieres una respuesta sobre cómo me sentí sobre algo o por lo que estaba pasando o en qué creo o mis convicciones o mi amor”, explica, “lo único que tienes que hacer es escuchar las letras”. Estamos deseando escuchar ya cada palabra de lo que ella tiene que decir.
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